9/06/2013

PRIMER DÍA DE GUARDE

Alba me ha dado un beso (medio forzada porque su madre estaba insistiendo mucho...), ha cogido su mochila y ha entrado corriendo a la clase porque la estaba llamando desde dentro una amiguita de la clase con la que hemos compartido varias tardes de parque este verano.
Qué feliz para ser el primer día!!! Ya veremos al recogerla cómo se siente... 
Me acuerdo del año pasado...el primer año les cuesta bastante la adaptación...
He de reconocer que el primer día sentí que mi hija "pasaba" literalmente de mí, porque al entrar en la clase y ver los juguetes y los colores, se giró me dijo adiós y allí se quedó jugando mientras sus compañeros lloraban en brazos de sus madres... fui una de las primeras madres en irme, y eso me dejó un poco rara...¿mi hija no me extraña? 
Al día siguiente la cosa cambió. Ella ya sabía que la iba a dejar allí más horas de las que se pensó en un primer momento, y a pesar de que no soltó lágrima, se agarró a mí como una pequeña monita y no se separaba... al dejarla sí lloró. 
Empecé a cuestionarme si era demasiado pequeña para la guardería, mil cosas se te pasan por la cabeza...durante mucho tiempo, porque así siguió durante casi un mes.

Poco a poco fue adaptándose. Empezó a disfrutar de las clases, de la profesora (a la que le tiene un cariño super especial) y de los compañeros. Ellos son lo más importante!
Durante días no paró de nombrarlos, uno a uno, y en cuanto nos cruzamos con alguno de ellos en la calle, la ilusión por reencontrarse es tremenda. Saltan juntos, se abrazan, se besan y se cogen de la mano para correr como quien huye de un carcelero para que las madres o padres vayan tras ellos a grito de Ven aquí, Paraaaaa!!!!

Sólo por ver cómo se quieren entre ellos y cómo disfrutan jugando juntos, vale la pena el pequeño esfuerzo de verles llorar y estar tristes durante tanto tiempo...

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